Cuando se habla de pecado, se debe incomodar a la religión, porque el "pecado" es solo la transgresión consciente y voluntaria de la ley Divina, en el lenguaje corriente se habla de culpa.
En la concesión del pensamiento teológico-judío y también en la religión musulmana-cristiana, el pecado está sobre todo en simbiosis con la desobediencia hacia la voluntad divina, como resulta sustancialmente de la que es considerada la causa del primer pecado, la desobediencia de Adán. De un modo muy diferente piensa la filosofía de vida budista, que extrae sus dogmas de la filosofía brahmánica y sostiene que el hombre no puede huir del ciclo de la ley causa-efecto y no hace ninguna mención del pecado como lo entiende la religión cristiana católica.
En la tradición judía, este acto no era considerado como si fuera un pecado “original” heredado por todos los descendientes de Adán, sino solo como el primer pecado, no necesariamente presente también en los descendientes de Adán.
El elemento común está constituido por la idea de que la desobediencia de los mandamientos de Dios es pecado, los que sean los mandamientos mismos; ni esto puede sorprender si tenemos presente que en la correspondiente parte de los acontecimientos bíblicos, Dios es concebido como rigidez autoritaria, sobre el modelo de un rey, de los reyes orientales.
La iglesia feudal enseñaba a la gente a temer así a la autoridad no solo en la persona de los funcionarios encargados de hacer respetar las leyes (justas o equivocadas) porque disponen de armas.
Un miedo así, como el pecado, no sería garantía suficiente para el adecuado funcionamiento del estado.
La gente respeta la ley no solo porque tiene miedo, sino porque, desobedeciéndola, se siente culpable, se siente en “pecado”, o sea, “sucio” y este sentimiento puede ser superado únicamente con el perdón que solo las autoridades pueden conceder. Mientras que quien ha cometido una culpa comete un acto que vulnera la moral común o la ley, la culpa es un comportamiento del que deriva el acaecimiento de un evento dañoso atribuido a una negligencia.
La gente respeta la ley no solo porque tiene miedo a cometer un “pecado" contra la divinidad, sino porque, desobedeciéndola, se siente culpable, como ya hemos dicho, pero es mejor repetir.
El pecado en el convencional sentido teológico y secular del término, es un concepto que se coloca en el contexto de la estructura autoritaria, la cual a su vez pertenece a la modalidad de existencia según el tener.
Se me ha dicho una vez que se comete "pecado" todas las veces que nosotros expresamos el concepto: "¡Qué pecado podía hacer y no he hecho, podía dar y no he dado…!
Sintámonos culpables si hemos cometido algo, pero dejemos estar el pecado si no hemos cumplido hacia la Divinidad, visto que el pecado se entiende y es visto como desobediencia en el contexto de la estructura autoritaria religiosa.
